ArtNotes nº22 del 3 de diciembre de 2008

Las metáforas visuales, los juegos ópticos, y una mirada extrañada sobre los interiores domésticos, sobre esos paisajes conformados que rodean nuestra cotidianeidad, son constantes en la pintura de Rosendo Álva- rez Cortés (Madrid, 1961), y que actualmente se mues- tran la galería madrileña Metta.


Junto a estos elementos aparecen referencias a iconos de la pintura del XVI y XVII, a la pintura de Whistler, Malévich o Chirico. En las obras Ruido (I, II y III) y la serie Habitación de coleccionista está presente el 'cuadro' dentro del 'cuadro', una línea que ha habitado en la Historia del Arte desde los maestros holandeses del XVII, Velázquez, De Chirico y Magritte.


Son, las suyas, unas composiciones donde la geometría marca la lectura de la imagen pictórica. "Quizá todo tenga una lógica. Que una serie de acontecimientos desordenados formen una estructura perfecta y compacta como una geometría. Como la línea recta que forman las hormigas en la arena, aunque ninguna por separado parezca tener claro dónde va", comenta el propio artista.


"El arte construye espacios a modo de simulacro, de cueva de sombras donde lo que se ve y lo que se piensa se abraza en la forma. Me he interrogado por la forma de conocer y de reconocer lo conocido. Un análisis de la duda acerca de si nuestro conocimiento es discursivo o si es una amalgama desordenada. Si fuera el primero, sería un pensamiento ordenado, unido por un hilo conductor. Si fuera el segundo, sería una mezcla de visiones fragmentadas, conceptos y pensamientos mezclados. Todos condicionan nuestro discurso, pero este último condiciona aún más nuestra subjetividad. Vivimos en la paradoja de estar rodeados por una inmensidad de datos y conocimientos que nos bombardean sin cesar con opiniones, muchas, la mayoría, antagónicas. Como si la verdad, incluso la empírica, se hubiera perdido en un maizal, mientras cientos de chicharras entonaran con sus coros para volvernos locos", comenta el artista en la presentación de esta muestra.